En prácticamente todo el mundo encontramos la figura del licántropo o del hombre lobo manifestándose de diversas maneras acorde a la cultura y mitología de cada lugar.
A lo largo de la historia, muchas han sido las culturas que han incluido en su folclore la figura del hombre lobo o licántropo, un individuo que según la mitología, se convierte en un humanoide con aspecto de lobo las noches de luna llena.
En el griego es donde podemos establecer que se encuentra el origen etimológico del término licántropo que nos ocupa. En concreto, podemos exponer que es el resultado de la suma de dos componentes léxicos de dicha lengua:
La maldición de la licantropía también es considerada por algunos académicos como un castigo divino. La literatura de hombre-lobo muestra muchos ejemplos de Dios o santos supuestamente maldiciendo a aquellos que han provocado su ira con dicha transformación.
Esta creencia en la existencia de clanes y manadas de licántropos ha alimentado la imaginación de muchos escritores y cineastas, quienes han creado historias y películas basadas en esta idea.
El folclore rumano actualmente tiene múltiples variaciones del tema de la licantropía. El vârcolac es frecuentemente —mas no exclusivamente— visto como un hombre lobo aunque puede también referirse a demonios, vampiros, duendes o fantasmas; el pricolici es más universalmente una forma de lobo, y de muchos como el strigoi oggy1688 se dice que anteriormente eran humanos no muertos, habiendo resucitado desde su tumba para hacer estragos a los vivos.
Terminado en 1769 en el astillero de la Habana, este buque de guerra fue el más poderoso de su tiempo, participando en batallas como el sitio de Gibraltar y Trafalgar
No se sabe en qué momento aparece el mito del licántropo así que algunos especialistas consideran que puede ser una leyenda más antigua que cualquiera de las que conocemos actualmente.
Esta conexión entre la luna llena y los hombres lobo ha sido representada en numerosas obras de arte, literatura y cine.
Entre los toradjas de Célebes central está la creencia que el hombre interior puede tomar la forma de un gato, jabalí, simio u otro animal, y luego devolverse a la forma humana; este es denominado lamboyo. la relación exacta del lamboyo con el tanoana no parece estar clara; más abajo puede ser notado que la vista es variable. De acuerdo con algunos el poder de transformación es un regalo de los dioses, pero otros mantienen que la licantropía es contagiosa y puede ser adquirida por la ingesta de comida dejada por un licántropo o hasta por medios insólitos. Los Toradjas mantienen que cualquiera que toque sangre se convierte en uno de estos seres.
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Autores clásicos grecorromanos como Virgilio o Heródoto hablan acerca de los licántropos en sus obras
La mayoría de las leyendas relacionadas con el hombre lobo cuentan que su transformación es involuntaria -a menos que se trate de un mago que tiene esa facultad- y muy dolorosa, ya que se debe en realidad a una maldición.
Existen versiones en las que se cree que es el mercurio el materials al que estos seres son vulnerables, siendo confundido por las culturas antiguas como un derivado líquido de la plata.